Descripción
Los ajos tiernos pertenecen a la familia de las liliáceas, como la cebolla y el puerro, de hecho son la planta joven del ajo, y cuentan con un sinfín de propiedades y beneficios para nuestra salud. Su composición nutricional es muy similar a la del ajo, pero menos concentrado por su contenido en agua, y también contienen pequeñas cantidades de hierro, silicio, azufre, yodo, manganeso selenio y vitaminas B1, B2, B6 y C. Por todo ello, la OMS recomienda su consumo. Los ajos tiernos (también llamados ajetes) tienen un aroma y un sabor menos concentrado que el del ajo maduro, y aportan un sabor más suave. Por sus características se prestan a formar parte de múltiples recetas como revueltos, tortillas, guisos, sofritos y tempuras.
Buenos para resfriados y afecciones pulmonares
Los ajos tiernos descongestionan y son un buen antibiótico natural para tratar catarros. Las propiedades antisépticas de los ajos han sido sobradamente divulgadas, y desde la antigüedad se utilizan para tratar diversas afecciones.
Reducen los niveles de colesterol
Contienen alicina, una sustancia que cuida de nuestro sistema cardiovascular. Consumir ajos regularmente ayuda a reducir el colesterol malo según la Fundación Española del Corazón.
Buenos para el hígado
El ajo es sobre todo un excelente desintoxicante para nuestro organismo. Nos ayuda a depurar toxinas, a eliminar parásitos y a liberar del cuerpo metales pesados como el mercurio o restos de medicamentos que el hígado no puede procesar.
Benefician la digestión
Las digestiones se realizan mucho mejor porque los ajos tiernos estimulan los ácidos gástricos, y los alimentos se digieren y absorben mejor.